lunes, 9 de noviembre de 2009

origen mitológico de Roma




La mitología romana nos dice que, varios años después de que Eneas desapareciera en una misión encomendad por los dioses, el trono de Alba Longa pasó a manos de Numitor, quien tenía varios hijos y un hermano llamado Amulio, quien un día decidió derrocarlo para ocupar su lugar. Para que sus sobrinos no reclamaran el trono, resolvió eliminarlos a ellos también, excepto a Rea Silvia, la única sobrina mujer, a la que encerró en el templo de las vestales dedicado a la diosa Vespa, para que se volviese sacerdotisa.
Como toda sacerdotisa, Rea Silvia debía permanecer casta y pura, de lo contrario correría el riesgo de ser castigada y hasta enterrada viva. Sin embargo un día cayó bajo los encantos del Dios Marte, quien también se enamoró de su belleza; de esta unión nacerían Rómulo y Remo.
Cuando el actual rey de Alba Longa, su tío Amulio, se entera de este acontecimiento, manda a arrojar a Rea Silvia al río Tiber y a los dos gemelos colocarlos en una canasta y dejarlos a la deriva en la corriente del río.
El dios Tiberno sintió lástima por Rea Silva, así es que la salvó y la volvió su esposa, otorgándole la inmortalidad.
Después de un largo tiempo por la corriente del río, la canasta con los bebés quedó atascada en una orilla, y fue encontrada por una loba que oyó su llanto, y viendo que los pequeños morían de hambre decidió amamantarlos.
El dios Marte fue testigo del crecimiento de los niños, quienes habían caído en total cuidado de la loba, que los había acogido como hijos propios. Sin embargo Marte comprendió que los gemelos necesitaban del calor humano para desarrollarse, por lo que asignó al pastor Faustulo y a su esposa Laurencia su cuidado. Ellos fueron quienes les dieron los nombres de Rómulo y Remo a los gemelos.
Cierto día en que se realizaba un festejo celebrando al dios Pan, una banda de ladrones tomó prisionero a Remo y, al cabo de unos días, lo llevaron ante Amulio, culpándolo de saquear en las tierras de Numitor, por lo que Amulio respondió:
- Si los saqueos ocurren en tierras de Numitor, pues entonces que se encargue él de
castigarlos.
Así que los ladrones llevaron a Remo ante Numitor, quien al verlo reconoció el rostro de su madre, Rea Silvia, por lo que ordenó a los hombres a retirarse para dejarlos a solas. Al momento llegaron Rómulo y Faustulio. Numitor los acoge con alegría en sus tierras y cuando Rómulo y Remo descubren que sus tormentos pasan por la tiranía de Amulio, deciden que su abuelo debe ser restituido al trono que le fue robado.
Armaron un pequeño ejército con el que atacaron por sorpresa el palacio de Amulio y le dieron muerte. Finalmente Numitor volvió a reinar y Rómulo y Remo decidieron fundar una nueva ciudad en el lugar donde fueron encontrados por la loba. Sin embargo se presentó un problema al momento de decidir el lugar exacto y quién de los dos debería ser el monarca de las tierras, ya que consideraban que ambos valían por igual.
Numitor les aconsejó estar atentos ante los presagios.
Mientras tanto Rómulo se instaló en la cima del Palatino y Remo en la del Aventino.
Remo vio seis buitres volando sobre el lugar, e interpretó esto como la señal del lugar indicado, pero Rómulo vio doce buitres volando sobre el Palatino. Sin ninguna duda la colina del Palatino debía ser el lugar indicado para la fundación de la nueva ciudad, y él sería el monarca.
Rómulo, rápidamente, tomó un arado y trazó los límites de la ciudad y comenzó a construir una muralla a su alrededor. Remo, despechado por no haber sido el elegido, se emborrachó y comenzó a burlarse de Rómulo.
Rómulo se irritó tanto que no pudo contenerse, tomó una espada y en el fragor de la lucha mató a Remo. Al momento Rómulo advirtió que la misma suerte tendría cualquiera que se atreviese a desafiarlo o a traspasar la muralla de su ciudad. Pero Rómulo no estaba feliz por lo ocurrido, sino que en su desesperación por haber matado a su hermano gemelo hasta pensó en quitarse la vida.
Pronto comprendió que no había nada que pudiera hacer y sepultó a su hermano con todos los honores en la cima del monte Aventino.
Más tarde, tomó posesión de su nueva ciudad. En honor a su hermano la llamó Roma.
Se dice que Rómulo reinó durante treinta y tres años.
Roma se expandió y prosperó tanto que a Rómulo le concedieron el título de Padre de la Patria.
Cuando llegó su hora final, el dios Marte le pidió a Júpiter un lugar entre los dioses y, como Rómulo había hecho construir bellos templos dedicados a Júpiter, este accedió sin poner obstáculos.
Cuenta una leyenda, que un día en que Rómulo estaba en el Monte Palatino, Marte descendió del cielo en su carro con alas y se lo llevó volando. Júpiter, en ese momento desencadenó una fuerte tormenta cuyos truenos y rayos hicieron temblar a los presentes.
Rómulo, antes de partir, había ordenado que construyeran un templo en el monte Quirinal en su memoria y cuando Rómulo ascendió a los cielos le dieron el nombre de dios Quirino.
Rómulo logró así un lugar entre los dioses, pero extrañaba a su esposa Hersila y pidió para ella el Don de la inmortalidad.
Los dioses le concedieron el pedido y Hersila se transformó en la diosa Hora.


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